
¿Te has fijado en la cara de tu abuela cuando le ponen un código QR frente a sus ojos? Es como si le estuvieran hablando en klingon. Y no la culpo, porque mientras nosotros nadamos en el océano digital como peces en el agua, hay toda una generación que se siente como pez en el desierto.
Houston, tenemos un problema 📱
La pandemia llegó y con ella, una avalancha de cambios. De repente, los menús físicos se convirtieron en algo “vintage”, casi tan retro como los walkman o los pantalones acampanados. Los restaurantes, en su afán de modernizarse, abrazaron los menús digitales como si no hubiera un mañana. ¡Pero vaya que hay un mañana, y en ese mañana están nuestros adultos mayores tratando de descifrar jeroglíficos digitales!
Cuando la tecnología se convierte en dolor de cabeza 🤕
Imagina esto: tu abuela, esa misma que te preparaba las mejores galletas del mundo, ahora está sentada en un restaurante “moderno”, sosteniendo su teléfono como si fuera una bomba a punto de explotar. Sus manos tiemblan un poco (y no es por el café), mientras intenta enfocar ese pequeño cuadrado blanco y negro que parece burlarse de ella.
“¡Pero si solo es un código QR!”, dirás. Claro, para ti y para mí es pan comido. Pero para quien creció con teléfonos de disco y considera que WhatsApp es magia negra, esto puede ser más estresante que ver el final de su serie favorita.
La realidad en números (prometo que son los únicos números aburridos)
Resulta que el 72% de los restaurantes se han subido al tren digital, pero solo el 45% mantiene opciones para los que prefieren lo tradicional. Es como si fuéramos a una fiesta donde la mitad de los invitados tienen que bailar música que no conocen. ¡No es justo!
No todo está perdido: Soluciones con corazón ❤️
Para los restaurantes modernos (pero con consciencia)
Hacer un menú digital inclusivo no significa volver a la edad de piedra. Es como cuando preparas una fiesta: piensas en todos tus invitados. ¿Tu tía es vegana? Le pones opciones. ¿Tu primo no toma alcohol? Agregar mocktails. Pues esto es lo mismo.
La clave está en mantener un balance. Como cuando combinas lo viejo y lo nuevo en tu guardarropa, ¿por qué no hacer lo mismo con los menús? Un sistema híbrido no es el fin del mundo, es más bien como tener Netflix pero guardar algunos DVDs por si acaso.
Consejos prácticos (sin tanto rollo)
Para los dueños de restaurantes que están leyendo esto (¡hola! 👋), aquí van algunas ideas que no te costarán un ojo de la cara:
Ten algunos menús físicos guardados, como quien guarda un paraguas para cuando llueve. Créeme, tus clientes mayores te lo agradecerán más que ese postre gratis en su cumpleaños.
Entrena a tu personal para ser paciente y amable. Un mesero que explica con una sonrisa cómo usar el menú digital vale más que mil códigos QR. Aqui con nosotros en Menuteca puedes crear gratis tu menú digital.
La cereza del pastel 🍒
¿Sabes qué es lo mejor de todo? Que hacer tu restaurante más inclusivo no solo es bueno para el karma, también es bueno para el negocio. Porque esos adultos mayores que hoy luchan con tu menú digital son los mismos que llevan a toda la familia a comer los domingos.
¿Y ahora qué?
Si eres dueño de un restaurante y te preocupa este tema (¡bien por ti!), en Menuteca podemos ayudarte a crear menús digitales que hasta tu abuela amaría. No porque sean menos digitales, sino porque son más humanos.
Para terminar…
Recordemos que la tecnología debería unirnos, no dividirnos. Como ese grupo de WhatsApp familiar donde tu abuela manda 50 buenos días cada mañana: puede ser un poco abrumador, pero ¿no es genial que esté intentando conectar?
Comments are closed